Barrio Gral. San Martín, un pequeño oasis urbano para compartir con vecinos y visitantes de paso

El extenso parque público es la nota saliente de este conjunto de monobloques de cuatro pisos construidos durante el primer Gobierno de Perón en el cruce de las avenidas General Paz y Constituyentes, uno de los rincones más transitados de Villa Pueyrredón.

Por Cristian Sirouyan

El infatigable movimiento vehicular por las avenidas General Paz y Constituyentes no admite medias tintas: según el momento del día registra un tránsito frenético u obliga a someterse a largas detenciones antes de volver a avanzar de forma intermitente.

En medio de esas paradas exasperantes, la reparadora vista teñida de verde del barrio José de San Martín sugiere un paneo con los ojos o alguna foto captada por el celular o, aún más, invita a darse una vuelta a velocidad mínima o directamente a pie por los senderos que recortan las líneas rectas de los 34 edificios de cuatro plantas.

El paseo se facilita si uno llega a la zona por el túnel de sombra de la colectora que bordea la autovía de circunvalación de la Ciudad. Otros accesos posibles aparecen desde las calles Álvarez Prado, Bolivia y Ezeiza.

Debajo de los pabellones de estilo racionalista identificados por números y nombres de artistas se despliega una suerte de country sin rejas ni empalizada, donde vecinos siempre dispuestos a conversar cumplen rigurosamente con el saludable hábito de salir al jardín para matear alrededor de una mesa, refugiarse en la lectura en algún banco iluminado por el sol o acompañar a sus hijos dedicados a los juegos. La ciudad sonora que vibra a pocos pasos se diluye allí hasta desaparecer.

La atmósfera reinante en el barrio San Martín es un reflejo más o menos inalterado del ideal que sostenía el proyecto de viviendas sociales del Plan Eva Perón. La obra fue diseñada por el arquitecto Carlos Coire en 1948 y fue inaugurada dos años más tarde como “Barrio 17 de Octubre”, una denominación demasiado irritante para los militares golpistas y poco afectos a las formas tolerantes, que la rebautizarón “José de San Martín”.

Barrio 17 de Octubre, Villa Pueyrredón

El complejo era también conocido como “Barrio GRAFA”, ya que sobre su costado sur, de cara a Avenida de los Constituyentes, se erguía la mole de la textil Grandes Fábricas Argentinas, un gigante industrial de tiempos más promisorios, cuyo esplendor empezó a declinar desde el golpe de 1976 y -ya sometido al abandono y la depredación- terminó demolido en 1994.

Varias de las primeras familias que apostaron a mejorar su calidad de vida en los 959 departamentos de San Martín -”un barrio peronista”, subrayan sin eufemismos- encontraron finalmente el lugar donde vislumbrar un futuro mejor, al que llegaron a partir de un pedido expresado en una carta enviada a Evita, que la propia destinataria respondió de puño y letra.

El fotógrafo de Eva Duarte y el peluquero de Perón son algunas de los habitantes más reconocidos que registra la historia de más de siete décadas del barrio. Su armónico diseño, que incluye el Club Cultural y Deportivo 17 de Agosto (Defensores Argentinos y Barrio 17 de Octubre, en sus primeros tiempos), un sector comercial, una iglesia y una plaza central, también atrajo a directores de cine y ducumentalistas, que -entre otras producciones- grabaron publicidades y escenas de la serie “El puntero”, protagonizada por Julio Chávez y Rodrigo de la Serna.

En una nota publicada por Clarín en febrero de 2017, el cineasta Maximiliano Torres -más conocido en el barrio como “el nieto del cerrajero”- reconoce las virtudes de su lugar de pertenencia: “aquí me crié rodeado de planos lindos. Esto es una preciosura, todo se ve bien. La dinámica y las relaciones entre las personas tienen mucho de pueblo”.

Ese clima ameno y relajado se replica en los cuarenta chalés de una planta de estilo californiano que dan forma al barrio Albarellos, el pequeño apéndice de dos manzanas pegado a los edificios de cuatro pisos, atravesado al medio por la calle Terrada y rodeado por los pasajes Santos Vega y Ezeiza. Es la elegante antesala del José de San Martín que dejó el primer peronismo en 1952.

A unas pocas cuadras, la frase “Como expresión de soberanía, por la libre voluntad del pueblo”, escrita con tinta indeleble sobre un tanque de agua, resuena como una voz potente, que conserva su vigencia.

Imperdible

Del otro lado de la avenida General Paz, enfrente del barrio José de San Martín aunque ya en teritorio de la provincia de Buenos Aires (en Villa Maipú, partido de San Martín), la emblemática silueta del gasómetro se planta en el horizonte como un gigantesco símbolo de la industrialización estatal del primer Gobierno de Perón. En 2009, la declaración de “Bien Histórico Nacional” ponderó ese emblema en desuso desde 1954 como “único gasómetro en su tipo que no fue desguazado en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense”.

Gasometro, Av Gral. Paz y de los Constituyentes

El gasómetro fue importado pieza por pieza de Alemania en 1949 y armado con remaches en caliente, con el fin de almacenar gas de carbón de coque para la iluminación de calles, por la empresa Maschinenfabrik Augsburg-Nürnberg.

Inaugurado en 1951, sus 2.256 paños de chapa gruesa, 24 vigas verticales, más de 300 escalones y la estructura de acero fueron suficientes para soportar la metralla y los explosivos disparados por los pilotos navales del Golpe del ’55 desde aviones Gloster Meteor.

Con el gobierno militar de facto, esa especie de desproporcionada garrafa de 85 metros de altura fue sometida al abandono y varios intentos de desguace. Sin embargo resultó indestructible y todavía se erige como una pieza perturbadora en el uniforme paisaje urbano.

 

Crédito de foto del barrio San Martín con gente: Martín Bonetto / Clarín

Crédito de foto del gasómetro: www.elbarriopueyrredon.com.ar

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